Duré muchos años sintiéndome así, empecé a esconder mi cultura. No fue hasta la prepa cuando cambió mi parecer. 

Me empecé a involucrar en clubes que se enfocan en la cultura latina: Unidos y el Chicano College Bowl. Interactuar con estudiantes como yo en un ambiente abierto y amistoso, me ayudó a cambiar de parecer. 

Un momento que finalmente me abrió los ojos a la grandeza de mi cultura fue la Pachanga del Chicano College Bowl. La Pachanga consistió de juegos de introducción, comida deliciosa, y un baile. El baile fue lo que me dio el empujón para aprender más de mi cultura. El DJ puso  muchas canciones que yo no sabía y todos los demas si. Nunca me había puesto a escuchar música en español porque simpre la veía “naca” y me daba pena escucharla.  

Pusieron “El Caballo Dorado” y todos empezaron a bailar. En las fiestas familiares, nunca he bailado. Mi excusa era que no me gustaba bailar. La verdad es que yo nunca quise aprender ningún baile mexicano/latino porque me daba pena. Siempre había querido aprender a bailar. 

Vi que felices estaban todos bailando juntos y me sentí excluida de la diversión. Me di cuenta de lo que me estaba perdiendo. Esa noche decidí cambiar. Aprendí a bailar bachata y un poco de zapateado. 

Esa noche me abrió los ojos a qué desconectada estaba de mi cultura. No puedo creer que dejé a unas personas ignorantes influenciar mis sentimientos. 

Ya no digo “Hello mom” cuando me habla mi mamá por teléfono, ahora es “Hola Mamá”. No me da pena decir que me gusta bailar y me gusta la música latina. Mi cultura no es algo penoso, sino es un emblema de mi identidad. 

Define quien soy y las experiencias que he tenido. Ignorarla sería como olvidarse de una parte mía. 

Estoy muy agradecida a mis maestros y amigos que me han ayudado a cambiar de parecer. Si nunca se me hubiera quitado la pena, me perdería de muchas experiencias nuevas. Nunca dejes que la pena impida tu crecimiento y búsqueda de identidad.

 Soy Carolina Rodriguez, y estoy orgullosa de ser mexicana.